lunes, mayo 30, 2011

TENIS-TETA

Los pervertidos son gente con altas dosis de imaginación. Todo les vale para reírse un rato: la invención del “tenis-teta” en una barbacoa perversa hace unas semanas me tiene las neuronas alteradas. Pero ya lo he decidido, voy a hacerme un grupo en el Facebook y recaudaré firmas para conseguir que sea considerado deporte olímpico.

Lo explico brevemente, cual receta de cocina.

Materiales necesarios:

1) Tómense dos raquetas de tenis/padle/bádminton/ping-pong.
2) ¿Pelota? No, la pelota es un instrumento del pasado. Tómese una teta de goma. Tal cual, redondita, con su pezón y todo. ¿A quién se le ocurrió la fabricación de ese objeto? Misterios de los chinos.
3) Extiéndase cuerda, red, tangas, sujetadores… entre dos soportes.
4) Prepárese silla para el árbitro.
5) Uno de los espectadores o curiosos que por allí merodeen será nombrado ojo de halcón, por si las moscas.

Personal de cancha: 
a)      Dos jugadores. 
b)      Dos recogepelotas.


Mecánica del juego:

1)  Se colocan los jugadores a ambos lados de la red.
2)  Lxs recogepelotas se colocan a su lado.
3)  ¡Teta va! Grita el árbitro.
4)   Se lanza la teta y a darle raquetazos.
5) Cada vez que un jugador pierde un punto cachetea con la raqueta al/la recogepelotas aprovechando la genuflexión propia del acto de rescatar la teta/pelota del suelo


Trofeo:

El vencedor se gana el derecho a raquetear a quien se le ponga a tiro, ya sea de entre los participantes del juego, incluido el árbitro, o de entre el público asistente, salvo de quien hace de ojo de halcón, que debe seguir dando fe.

¿Verdad que el TENIS-TETA debería ser deporte olímpico?

martes, mayo 24, 2011

I WANT YOU


Vuelan
tus manos hacia mi
corre tu lengua por mi piel
y en un quejido
roto
me desarmas

El eco de tu voz
como seda caliente
se cuela entre mis poros
y tu boca
siempre tu boca
pronuncia mi condena
I want you


Esta es mi pequeña felicitación al poeta de Minnesota.

viernes, mayo 20, 2011

IMPRESIONES "SOLEADAS"

Noche 20-21 Mayo. Puerta del Sol

 
Impresiones:
  • Todo el mundo sonríe. Esto es una celebración. .
  • Los chinos son valientes. Y conocedores de la demanda. Por cada doscientos “concentrados” un chino vendiendo cerveza. Pedazo de negocio. Los latinos son menos valientes; también venden cerveza, pero lejos del mogollón. Peor negocio. El payaso americano, haciéndose de oro.
  • Entre los quince y los setenta años, son las edades medias de los asistentes. Sin diferencias generacionales, en armonía.
  • Me agobian las multitudes. He aguantado estoicamente la marea humana durante casi dos horas, agobiada, pero orgullosa. Todo el mundo es amable, educado, correcto, alegre. Yo, feliz de estar allí.
  • La policía, formando cordón ante la comisaría de Montera, acordonados ellos a su vez por los concentrados, me ha regalado una imagen impagable. Ellos, muy bien entrenados, mirada al frente e impasibles. Esos no sonríen.
  • Los más jóvenes saltan, cantan y bailan en el centro de la plaza. Los más mayores, se mantienen en los bordes, mirando y sonriendo. Orgullosos de sus hijos. Como yo.
  • Se exhiben altas dosis de imaginación en carteles, pintadas y comentarios. Algunos son, sencillamente, geniales.
  • Esta no es una movida de todos los jóvenes. Solo de un determinado tipo. Los alrededores de los garitos de pijos siguen su ritmo normal. Con éstos no va la vaina.
  • El comentario más escuchado: No se atreverán a sacarnos de aquí. El siguiente en el ranking: Los políticos no saben como lidiar este toro. Maravilloso.
  • Nunca había visto tantos tíos buenos juntos. En mi vida. Y sí, me gustan los perros-flauta. Mucho.

¿Qué pasará esta noche?

martes, mayo 17, 2011

EN LLAMAS




Entró en el cuartel de bomberos y dijo que estaba ardiendo. Pese a la reticencia inicial, una vez desnuda, descartaron las cámaras ocultas y todo fueron incendios, mangueras, agua y suspiros.

En las noches vacías, ella sueña con fuego. Aún perduran los rescoldos de la hoguera.

martes, mayo 10, 2011

AUSENCIA

Sintió un peso extraño en el hombro izquierdo y se giró. Estaba solo, solo…  Su ausencia rasgaba las cortinas del dormitorio y desplazaba el polvo bajo la mortecina luz de la tarde, mientras aquellos zapatos rojos, esos que le volvían loco, se eternizaban inertes dentro del armario vacío. Ni una nota, ni una palabra en el contestador, ni un mísero sms… Ella se había marchado dejando únicamente esos zapatos.

A veces notaba una ligera presión, como una mano que se posa, sobre aquellas zonas de su cuerpo por donde ella transitaba con sus tacones en las tardes de lluvia. 

jueves, mayo 05, 2011

UN MIÉRCOLES CUALQUIERA

Me despierto al contacto de unos labios en el lóbulo derecho de mi oreja. Unos labios que besan, lamen, succionan… y me despiertan; especialmente el deseo. Mi cerebro sigue casi dormido, pero mi cuerpo es un ninja en alerta máxima. Cuando, ya saciada, miro el reloj, veo que son las seis y media de la mañana. Mi amigo X’ se va a la ducha y yo, en perfecta diagonal sobre mi cama, sigo durmiendo, respirando su olor de hombre en mis sábanas. Un segundo después el móvil vibra sobre mi mesilla y me despierta; son casi las nueve. El macizo de Y’ acaba de salir de su turno de veinticuatro horas. Trae croissants recién horneados de San Onofre, que al precio que tienen igual podría haber traído ostras para desayunar. Se lo apunta para la próxima vez. Salgo de la cama, desnuda, para abrirle la puerta y darle el primer apretón. Mientras prepara el café, vuelvo a las sábanas. No las cambio, sé que huelen a X’, pero el pobre Y’ tiene el olfato en el culo. Una mierda de olfato, vamos. Pero tiene otras virtudes, ya imaginarás, virtudes pero que muuuy valoradas. Desayunamos en la cama, mojamos los croissants, las sábanas, mi cuerpo entero, y el suyo; cinco orgasmos te dejan para el arrastre. Nos quedamos dormidos. Me levanto en silencio y le dejo dormir un rato más, mientras me doy una ducha, termino una documentación que tengo que enviar y cotorreo un poco en el facebook. Son casi las dos de la tarde y me tengo que ir, tengo una reunión con mi jefe y unos clientes, en un restaurante pijísimo del centro de la ciudad. Espabilo a Y’, que aún remolonea en la cama.

Salgo volando, saltando, planeando a ras de tierra, y consigo llegar sólo diez minutos tarde a la cita. Un asco de comida, aburridísima: negocios, negocios, pijerío, y más negocios. Trato de disimular y me pongo a observar alrededor. Dos mesas más allá hay un tipo que no encaja. Un extraño en pijilandia. No lleva traje, ni corbata; tiene el pelo largo, los ojos azules y una mirada insolente. Me levanto para ir al baño, y al volver, le dejo mi tarjeta, con mi móvil personal anotado al dorso y una sola palabra: llámame. Sus compañeros de mesa me miran, siento sus ojos clavados en mi culo, que aprovecho para lucir a cada taconeo. No vuelvo a mirar aquella mesa. Seguimos con la negociación. A los postres, cerramos el acuerdo. Ya me puedo marchar. En ese momento me suena el móvil. El extraño en pijilandia, ahora Z’, me propone un café un par de calles más arriba. Acepto. El café se convierte en una tarde entera otra vez en mi cama. Me felicito por el paseo por el restaurante: el tipo merece la pena. Tiene la piel suave de un bebé, hábiles manos, una boca de medalla de oro, conversación, y una capacidad para follar de chaval de veinte. Un hallazgo. A las ocho de la tarde ya me arrastro de cansancio. Acabo de disfrutar del octavo orgasmo y me tengo que marchar otra vez. Z’ me acompaña hasta la calle. Quedamos para un par de días después.

Es miércoles y hay sesión de micro relatos en Los Diablos Azules. El tamaño sí que importa. Nos ha jodido si importa. El tamaño y el rendimiento. Ambos. El escritor invitado es un tipo simpático, con buena prosa y sentido del humor. Nos reímos a carcajada limpia. Luego, en el turno de escritura instantánea, Miguel vuelve con sus cuentos de terror-humorístico. Me duele el estómago de tanta risa. Salgo a fumar un cigarrillo. A la puta calle, claro está. Allí me encuentro con una poetisa, A’, que se ha despistado y se siente incómoda entre tanto cuentista. Es preciosa, una piel que derrite, los ojos como esmeraldas, y unas manos que me trasmiten ganas de desnudarme allí mismo, volverme de papel. Deseo que esas manos me escriban en la piel poemas y versos, caricias y mordiscos. Escapamos juntas por aceras húmedas como mi coño y el suyo. A’ es una amante suave, mimosa, altamente comprometida con su objetivo de transmitir sensaciones. ¡Vaya si las transmite! Cada milímetro de su piel me infecta con su deseo. Hablamos, follamos, escribimos a cuatro manos, volvemos a follar y, de madrugada, nos quedamos dormidas sobre mis sábanas.

Entre sueños, oliendo esa mezcla afrodisíaca de sudor y semen que este miércoles han dejado impregnado en mi cama, me prometo a mi misma repetir al día siguiente. Eso sí, cambiaré las sábanas, que tampoco hay que ser guarra.

***

¿Cuela?

domingo, mayo 01, 2011

CULOS 5J

La prohibición de fumar le ha dado un aire divertido a nuestras aceras y para mí se ha convertido en fuente de inspiración: hace un par de días estaba sentada en una terracita, la cerveza en una mano y el cigarrillo en la otra, cuando pasó ante mis ojos un culo. Pero no un culo cualquiera. Para definirlo utilizaré una metáfora culinaria. Me pirro por el jamón. Si es pata negra: mejor; y si es un Cinco Jotas: lo siguiente. Pues bien, aquel culo era un culo 5J. ¡Guau! Sobre unas piernas largas resaltadas por unos pantalones ceñidos, vi dos nalgas perfectas, prietas, redonditas, y sumamente cacheteables. A través del humo de mi cigarrillo vi alejarse al portador de aquel culo de vértigo; armé en mi mente el interior de ese culito respingón con una epidermis suave, y unos pulidos molletes perfectamente delineados y cubiertos de finos pelillos rubios, como joyas engarzadas a esa piel. Hasta que llegó a una odiosa esquina por la que, ay, le perdí de vista. Casi sufro un infarto por no respirar durante ese tiempo.

Mientras caía la tarde sobre la ciudad, con la imagen de aquel super-culo impresa a fuego en mis retinas, intenté darle significado a aquellas cinco jotas: juguetón, jacarandoso, jocundo, juncal... La J en el diccionario ocupa, en comparación al resto, unas pocas páginas, pero si les asignamos un culo a sus acepciones, estas se vuelven muy… jugosas.

Queridxs (os/as), fotografiad vuestros culos y enviádmelos. Voy a robarles la idea a mis amigas de “Sin tetas no hay capilla”, y “sin culos ya no hay blog”.